domingo, 8 de mayo de 2011

Enseñar para la evaluación


Según Derek Neal, profesor de Economía en la Universidad de Chicago (EEUU), los sistemas que administran premios y castigos para educadores en función de la perfomance de sus alumnos "facilitan a los funcionarios -en teoría- la obtención de mediciones consistentes sobre el rendimiento de ambos a través del tiempo, pero en la práctica inducen a los docentes a competir contra el sistema entrenando a sus alumnos para aprobar los exámenes, en lugar de enseñarles a dominar los contenidos".
"En tanto las autoridades educativas insistan en tratar de alcanzar los dos fines (las mediciones y las condiciones para el incentivo) a través de un único conjunto de exámenes, seguiran fracasando en ambas tareas", afirma Neal en su trabajo "The Design of Performance Pay in Education", pubicado por el National Bureau of Economic Research. El estudio también será un capítulo del Handbook of Economics of Education.

Aunque mucho se ha escrito sobre los programas que impulsan pagos extraordinarios a los maestros cuyos alumnos muestran buenos resultados académicos, pocos estudios han estudiado los programas en sí, y su diseño. Neal se ha interesado por averiguar porqué muchos han fracasado.

En casos muy raros, los maestros han hecho trampa en respuesta a la presión de los exámentes. En otros, los docentes evitan la instrucción que conduce a un aprendizaje comprehensivo y aumentan el tiempo dedicado a actividades preparatorias para los exámenes. Por ejemplo, pueden dejar de lado la práctica de la escritura y pedir a los estudiantes que practiquen la búsqueda de errores gramaticales en párrafos escritos por otros.

En otras instancias, los programas basados en logros estudiantiles han alentado la emigración de maestros de aquellas escuelas con alumnos provenientes de estratos sociales bajos.

Y también se ha dado el caso de programas cuyos estándares fueron tan altos que los maestros sintieron que sus chances de obtener los incentivos trabajando más duro eran muy pequeñas.

Neal propone que las evaluaciones para medir el rendimiento de los estudiantes y las que determinarán los incentivos a los docentes sean separadas en dos programas diferentes. Las recompensas salariales deberían asociarse a los resultados de pruebas que varían anualmente lo suficiente como para ser impredictibles, para no invitar al entrenamiento. Estas evaluaciones deberían proveer muy poca información sobre si las tendencias de largo plazo en el rendimiento estudiantil son positivas o negativas, pero lo suficiente como para basar los bonos anuales de los maestros en función de los logros de sus alumnos, comparados con otros de otras escuelas y ambientes similares.
Para medir el rendimiento académico de los estudiantes, propone Neal, debería recurrirse a tests que no estén atados a los incentivos ni permitan manipulaciones. Este doble sistema desalentaría a los maestros a "enseñar para el examen".
"Los diseñadores de esquemas de incentivos basados en evaluaciones deben tomar muy seriamente el desafío de diseñar una serie de pruebas donde la mejor respuesta de los educadores no sea entrenar, sino enseñar en formas que construyan un verdadero dominio del conocimiento", concluyó Neal.
Fuente: Science Daily, EEUU.

Ref: University of Chicago. "Giving teachers bonuses for student achievement undermines student learning, study finds." ScienceDaily 6 Apr. 2011. Web. 8 Apr. 2011.                                                         
Extraído de
Síntesis educativa

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