miércoles, 30 de octubre de 2013

La evaluación del currículum como proceso



La evaluación en Educación está socialmente ligada a un cierto “punto final” o “momento de la verdad”, centrándose en el resultado ¿Es positivo considerar este aspecto como el importante? ¿Puede la evaluación pensarse como una búsqueda de mejoras? En este caso ¿Qué aspecto merecen ser tomados en cuenta?


La necesidad de ver la evaluación curricular como continua y situada, para poder atender a las características propias del currículum en cuanto a su dinamismo y sucesivos procesos adaptativos, y el otro referido a discriminaciones conceptuales del campo, tales como las de currículum escrito y currículum real o en acción, nos conduce a la necesidad de realizar algunas consideraciones y especificaciones que otorguen mayor claridad a la compleja tarea de evaluación curricular.

En primer lugar es necesario pensar la evaluación curricular como proceso, capaz de atender a sus diferentes momentos desde el diagnóstico, a la elaboración del diseño curricular y a su puesta en acción, como también a los resultados obtenidos. Es indudable que la evaluación del currículum real, debe realizarse en el escenario en el que se desarrolla el currículum, es decir en la institución formadora y también en otros escenarios que el diseño curricular haya previsto para el cumplimiento de diversas actividades de formación y práctica. Esto permite ubicar el o los lugares en los que se realizará la evaluación.

Corresponde preguntarse ahora quiénes serán los responsables de llevar a cabo el proceso evaluativo. Si se parte de criterios ya legitimados en cuanto a la mayor autonomía de docentes y de instituciones, a la mayor profesionalidad docente, al valor de la implicación directa de quienes son responsables del desarrollo curricular, no hay dudas que quienes se encuentran en principio en mejores condiciones para realizar la evaluación curricular son sus propios actores.

Dado que todo proceso de evaluación es una cuestión compleja tanto desde lo teórico metodológico, como desde los aspectos relacionales y comunicacionales, habrá que tener en cuenta algunos problemas como los siguientes cuando se pretende instalar su utilización de modo sistemático y continuo:

-En primer lugar los procesos de evaluación y autoevaluación si bien pueden tener gran potencialidad por el interés y energías puestas en él por sus protagonistas, corren el riesgo de la carga de subjetividad volcada en ellos, en tanto los evaluadores profesores, alumnos, etc.-, actúan a partir de sus creencias, intereses, preconcepciones.

-Resulta imprescindible crear un clima favorable hacia los procesos evaluativos a través de espacios de análisis, discusión y elaboración de propuestas que cuenten con el consenso de todos aquellos que se van a ver implicados en la evaluación.

-La falta de práctica y de formación teórica y metodológica en procesos de evaluación complejos como al que nos estamos refiriendo, requerirá de previsiones en cuanto a la selección y formación del personal responsable.

-La claridad en cuanto a las finalidades de la evaluación, los modos de llevarla a cabo, la calidad de los instrumentos, el análisis de los datos recogidos, la utilización y los modos de difusión de los resultados, los responsables a cargo de las diferentes acciones a llevar a cabo, constituyen cuestiones centrales para producir actitudes favorables y de credibilidad hacia la evaluación.

-La propuesta de evaluación curricular debe preceder a su desarrollo, de modo tal posibilitar su apreciación en relación con los aspectos formativos que ella tiene para los docentes, evitando así su percepción como medio de control y posible sanción. Esta es una manera de prever los posibles conflictos.

-Una propuesta realista de evaluación curricular tendrá que tener en cuenta el tiempo que requerirá tanto la formación de los evaluadores como la realización de las acciones diseñadas, para poder atender adecuadamente a situaciones de proceso, que implican reflexión, re diseño y modificaciones de las prácticas curriculares e institucionales.




Extraído de
Fundamentos en humanidades
Universidad Nacional de San Luis
Año II - N° 2 (4/2001) / pp. 101 - 122
Evaluación curricular
Autora
Marta Brovelli
Universidad Nacional de Rosario

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