La comunicación de resultados de la evaluación realizada por los
docentes tiene dos propósitos centrales: el primero es proporcionar retroalimentación
descriptiva de forma continua y oportuna a los alumnos sobre sus logros y dificultades
con respecto a los objetivos curriculares, con la intención de cerrar la brecha
entre su situación actual y los objetivos de aprendizaje que se pretenden alcanzar;
el segundo es proporcionar a distintos usuarios -profesores, alumnos, padres de
familia, directivos del plantel y autoridades externas- una valoración global al
final de un período, sobre el nivel en que los educandos alcanzaron los objetivos
de aprendizaje. En el marco del modelo de evaluación en el aula sostenido en este
trabajo, el primer propósito responde a la evaluación formativa o para el
aprendizaje y el segundo a la evaluación sumativa o del aprendizaje. Ambos
propósitos son necesarios y para que cada uno se desarrolle de manera efectiva necesita
cubrir algunas características.
La comunicación de resultados desde la perspectiva de evaluación formativa
es parte del proceso educativo; juega un papel fundamental para informar de manera
detallada a los docentes y alumnos acerca de las fortalezas y debilidades
de estos últimos en torno a los objetivos de aprendizaje establecidos y, sobre todo,
para plantear estrategias de mejora.
Para que la comunicación en el marco de la evaluación formativa sea
efectiva es necesario: que profesores y alumnos compartan los objetivos de aprendizaje
y sus comprensiones para tener claridad de lo que se evalúa, porque no sólo son
destinatarios de la información, ambos participan en el proceso de evaluación;
que se establezcan criterios de valoración claros y comunicables desde el
inicio de la evaluación, congruentes con los propósitos del programa y conocidos
por los alumnos y profesores u otros destinatarios; que la información generada
se dirija principalmente a los alumnos y a sus profesores, porque son ellos
quienes necesitan saber hacia dónde se deben dirigir los esfuerzos de mejora;
que la información proporcionada sea precisa, con evidencias suficientes, y fundamentada
en un procedimiento de evaluación adecuado que permita tomar decisiones útiles
para mejorar el aprendizaje; que se proporcione información descriptiva al alumno
acorde a cada uno de los objetivos de aprendizaje o categorías establecidos;
que el docente tenga organizadas las evidencias que dan cuenta de cómo evoluciona
el desempeño del alumno (uno de los recursos que se recomiendan para ello es el
uso del portafolios o carpeta de evaluación para cada alumno); que la retroalimentación
sea frecuente y oportuna con la finalidad de informar a los educandos sobre su desempeño,
sobre sus áreas de mejora y sobre las actividades a realizar para cerrar la brecha
entre la situación actual y la deseable; que la información proporcionada al alumno
sobre los resultados de la evaluación sea constructiva, es decir, útil para mejorar
el aprendizaje, y que se realice en un clima de respeto, sin afectar su dignidad
como persona.
La comunicación de los resultados desde la perspectiva de la evaluación
sumativa tiene lugar al final de un período y consiste en dar a conocer un
juicio sobre el desempeño del alumno con respecto a los objetivos de aprendizaje.
Esta información se traduce en una calificación que se comunica al propio alumno,
a los padres de familia y a las autoridades externas. Sería deseable que la comunicación
de la evaluación sumativa se adaptara al destinatario en cuanto al formato en que
se presentan los resultados, y además, en cuanto a las evidencias entregadas, por
ejemplo, los padres requieren la calificación y evidencias que la sustentan, mientras
que las autoridades educativas sólo necesitan la valoración final. También es necesario
definir con claridad los símbolos utilizados en los reportes escritos o verbales
-si se emplean números o letras para calificar y emitir un juicio global, los usuarios
deben entender de manera unívoca su significado; que los resultados estén fundamentados
en un proceso de evaluación válido y confiable; y, que el reporte de las evaluaciones
separe los resultados relacionados con los conocimientos y habilidades de la participación,
el esfuerzo u otros comportamientos.
Cabe señalar que las evaluaciones sumativa y formativa son necesarias
en la evaluación de los aprendizajes y ambas juegan un papel importante en la comunicación
de los resultados a los alumnos. Los profesores pueden integrar en la comunicación
final de un período los resultados de la evaluación realizada durante el proceso
educativo, o bien, asignar una calificación y comunicarla sólo a partir de los resultados
de los exámenes. Para incrementar la motivación del educando en el aprendizaje,
es necesario optar por la primera alternativa aun cuando supone un trabajo arduo,
pues de esta manera las evidencias obtenidas durante el proceso serán útiles para
explicar la asignación de la calificación.
La comunicación de los resultados de las evaluaciones es una obligación
de la escuela y un derecho tanto de los educandos como de sus padres. En México,
la Ley General
de Educación, en su artículo 50, prescribe que la escuela tiene la obligación
de ofrecer información al alumno y a los padres de familia sobre la situación de
los educandos con respecto al aprendizaje, ya sean las calificaciones de los exámenes
parciales y finales u observaciones sobre el desempeño académico. Asimismo, en los
Acuerdos 200 y 499, se especifica que los directivos de las instituciones
educativas tienen la responsabilidad de comunicar las calificaciones parciales y
finales a los alumnos y a sus padres o tutores; pero además, deben promover de manera
permanente la comunicación de los resultados de las evaluaciones entre éstos y los
docentes para apoyar el proceso educativo. En ese sentido, resulta aún más relevante
su exploración en este estudio.
Extraído de
EVALUACIÓN DE LOS APRENDIZAJES EN EL AULA OPINIONES Y PRÁCTICAS DE
DOCENTES DE PRIMARIA EN MÉXICOPrimera edición 2011
INSTITUTO NACIONAL PARA
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