miércoles, 31 de julio de 2013

Contextos para una metaevaluación educativa


Podemos considerar a “metaevaluación” como “el después de la evaluación”, o bien como una “evaluación de la evaluación”, en ambos casos es posible tomar diversos planos de análisis, en este caso de la evaluación de Instituciones Educativas ¿Por qué se llevó a cabo? ¿Cómo se justifican los resultados? ¿Cómo se presentan y valoran?


No basta interrogarse sobre la calidad de los datos que se recogen en el informe o sobre el rigor de los métodos que se han aplicado para extraer información, sino que es preciso preguntarse por la naturaleza de la iniciativa, por la finalidad del proceso, por las reglas éticas que lo han inspirado, por la utilización que se ha hecho de la información, por el control democrático de los informes, por las secuelas que la evaluación ha dejado. Plantearé seis contextos básicos de exploración que permiten analizar ideas en el marco concreto y temporal de su desarrollo. Aunque todos están interconectados, seguiré su cronología evolutiva.

1) Contexto de constitución
Estudia los mecanismos de generación de la evaluación, de surgimiento y negociación de todo el proceso. La historia de la génesis es muy interesante porque en ella pueden encontrarse los embriones de posteriores situaciones y actitudes. No es lo mismo una iniciativa surgida de la jerarquía e impuesta, que otra que parte de los protagonistas. No es lo mismo una iniciativa que procede de los directivos de una institución, que otra que parte de los integrantes de la comunidad. En ese contexto cabe incluir todo el proceso de negociación. Con quién se hace, qué contenidos aborda, qué problemática surge y cómo se trata.

En la negociación inicial está el mapa genético de la evaluación. Hay que diferenciar negociaciones meramente formales, de otras que llegan hasta el fondo de las cuestiones. Hay que saber si se ha negociado lo insustancial dejando lo fundamental como incuestionable.

Cuestiones
¿Quién y por qué ha tomado la iniciativa de hacer la evaluación? ¿Qué intereses (explícitos o implícitos) determinan la puesta en marcha de la evaluación? ¿Con quién se ha negociado la evaluación? ¿Ha sido una negociación real o meramente protocolaria y formal? ¿Ha estado la evaluación planteada como un mecanismo de poder o de control?

2) Contexto de justificación
Analiza los métodos elegidos para la obtención de los datos, su aplicación, la información a que han dado lugar y el tratamiento que se ha hecho de ella. Del rigor en la selección y aplicación de los métodos se deriva una buena parte del rigor de la evaluación.

Los procedimientos y estrategias utilizados para el desarrollo de la evaluación permiten conocer “el cómo” del proceso. La manera de proceder, la aceleración, el clima, las relaciones, las explicaciones que se ofrecen y que se piden constituyen un elemento importante del entramado de la evaluación. Aquí debe analizarse el tratamiento que se ha hecho de los datos, el rigor de la argumentación utilizada así como la triangulación –si se ha hecho– de la información procedente de distintos sujetos y de diferentes métodos.

Cuestiones
¿Qué tipo de métodos se ha utilizado para hacer la exploración? ¿Se ha adaptado la naturaleza y la secuencia de los métodos a las características de los interesados? ¿Se ha diversificado la metodología para recoger una información más rica y plural? ¿Se ha garantizado el anonimato a los informantes?

3) Contexto de presentación
Estudia, entre otros aspectos, el contenido y la forma de presentación del informe, la adecuación del mismo a las diversas audiencias, la estructura lógica, la coherencia interna, la extensión así como la claridad expositiva.

La elaboración del informe exige rigor en la argumentación que se realiza con los datos recogidos, de manera que no se produzcan silencios indebidos o conclusiones caprichosas. La forma de presentar la información ha de tener como finalidad fundamental la comprensión de los lectores, no la epifanía de la erudición del evaluador.

Cuestiones
¿Cómo se han trabajado los datos recogidos? ¿Se ha hecho triangulación de métodos, de sujetos, de tiempos? ¿Cómo se ha presentado la información? ¿Es inteligible el contenido de los informes? ¿Se han hecho informes diversos para diferentes audiencias?

4) Contexto de negociación
El informe ha de ser entregado a sus destinatarios de forma rápida, cómoda y directa. Al decir directa nos referimos a que tenga carácter democrático y no esté jerarquizada. No es bueno entregar el informe sólo al director de una institución o al responsable del programa. Las condiciones de la negociación han de ser razonables en cuanto al tiempo y a
las formas de discusión. Las actitudes del evaluador permitirán descubrir si se trata de una negociación real o de un simulacro.

Cuestiones
¿Se han entregado los informes en las fechas convenidas? ¿Se ha concedido un tiempo suficiente para su atenta lectura? ¿Se ha negociado democráticamente? ¿Se ha podido hablar con libertad respecto de las cuestiones problemáticas? Si no se ha llegado al acuerdo en alguna cuestión, ¿se ha incorporado el contenido de la discrepancia de los participantes?

5) Contexto de valoración
Analiza las motivaciones, las intenciones, las actitudes, las presiones, los cambios y las vicisitudes que han manifestado los protagonistas durante el proceso de evaluación. En el contexto de valoración se tiene en cuenta el “cómo” se ha realizado todo el proceso. Por protagonistas me refiero, fundamentalmente, a los patrocinadores de la evaluación, los evaluadores y los evaluados. La evaluación puede tener diversas influencias nacidas de actitudes espurias, que es necesario poner de manifiesto, ya que pueden adulterar el sentido y el significado de todo el proceso.

Cuestiones
¿Se han producido cambios respecto del plan inicial? Si se ha producido algún conflicto, ¿cómo se ha afrontado y solucionado? ¿Han existido presiones por parte de algún grupo o persona para dirigir la evaluación? ¿Se ha producido algún sesgo en la utilización de la información?

6) Contexto de difusión
Una vez negociados los informes de la evaluación, ha de procederse a su difusión siguiendo unas reglas que deben estar consensuadas por los protagonistas. Es preciso tener en cuenta los derechos de los ciudadanos a conocer lo que sucede con la educación y, a la vez, el derecho de los profesionales a la privacidad en el ejercicio de su actividad. La demora excesiva, la adulteración de los informes, la selección de alguna de sus partes, la edulcorización de los contenidos, etcétera, son vicios que, si existen, la metaevaluación deberá descubrir y poner de manifiesto.

Cuestiones
¿Se ha hecho público el informe? ¿Se ha consensuado la publicación en todos los aspectos relevantes: contenido, forma, tiempo? ¿Han existido presiones del patrocinador o de los evaluados para eliminar alguna parte del informe? ¿El contenido del informe difundido ha sido claro, breve, conciso y pertinente?

La metaevaluación es una plataforma de discusión que une a patrocinadores, evaluadores, diversas audiencias y a la sociedad en general, que debe conocer no sólo los resultados de las evaluaciones realizadas sobre el funcionamiento de ser vicios públicos sino la metaevaluación que se realiza sobre ellas ya que ésta funciona como la garantía de la calidad de la evaluación. La metaevaluación, como se apunta en el título, tiene que ver con diferentes cuestiones teleológicas, que abordaremos a continuación.


Autores
Miguel Ángel Santos es catedrático de Didáctica y organización escolar de la Universidad de Málaga, campus de Teatinos 29071, Málaga, España.
Tiburcio Moreno es investigador del Centro de Investigación en Ciencias y Desarrollo de la Educación (CINCIDE) de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, México.
En
¿EL MOMENTO DE LA METAEVALUACIÓN EDUCATIVA? CONSIDERACIONES SOBRE EPISTEMOLOGÍA, MÉTODO, CONTROL Y FINALIDAD
Revista mexicana de investigación educativa, octubre-diciembre, año/vol. IX, número 023
COMIE
Distrito Federal, México pp. 913-931

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