Existe un amplio acuerdo en la teoría sobre la importancia de la Evaluación en Educación, y también en que todo debe ser evaluado. Una variante de importancia es la Evaluación Institucional ¿Qué razones encuentran para Evaluar? ¿Cuáles son las características y funciones de la evaluación institucional? ¿Qué funciones cumple la evaluación?
Responder a esta pregunta constituye el primer paso para una
evaluación educativa, más específicamente hablando, para una evaluación
institucional.
Cualquiera que sean las razones para una evaluación, esta
debe “responder a la percepción teórica que la guía” (Alvarez Méndez); es
decir, debe mantener una coherencia entre la concepción de base y las acciones
concretas. El tipo de evaluación que se realice, el efecto que produzcan sus
resultados en la institución, y las motivaciones para aplicarla reflejan la
concepción que tiene el evaluador sobre la evaluación. Dependiendo
de cuáles sean los motivos que subyacen a ella, puede disminuirse o
incrementarse el reconocimiento que la evaluación tiene en sí misma como
proceso.
Hay muchas razones para evaluar; de acuerdo con Lamaitre,
las fundamentales son las siguientes:
• Tener acceso
y emplear información pertinente
• Analizar los
resultados del aprendizaje de los alumnos
• Tomar
decisiones: promoción, titulación, etc.
• Diseñar
planes de mejora
• Monitorear y
hacer seguimiento a los procesos e involucrados
• Adecuar la
acción didáctica a las necesidades del alumnado
• Iniciar el
proceso de acreditación institucional.
En todos los casos, los resultados del proceso constituyen
puntos de partida para la planificación de los cambios correspondientes; por
ello la evaluación adquiere su valor como una herramienta de conocimiento objetivo
de una realidad, desterrándose así la idea errada de que tiene un fin en sí
misma.
Características y
funciones de la evaluación institucional
Una vez determinados el porqué y el para qué de la
evaluación institucional, conviene conocer las características y funciones que
cumple, antes de embarcarse en ella.
Cardona y Fernández Díaz consideran varias características
para ser asumidas en la acción evaluadora. Las más importantes son:
• Es un proceso que
se realiza en un periodo de tiempo y que involucra varias etapas de un ciclo
continuo. Luego de la implantación del plan de mejora, se reinicia para valorar
su eficacia.
• Es
contextualizada porque responde a las características específicas de la
institución evaluada.
• Es sistemática ya
que constituye un conjunto de fases organizadas y secuenciadas.
• Es intencional
porque exige una planificación previa según al tipo de evaluación adoptada y en
concordancia con los objetivos de la institución.
• Es integral
porque toma en cuenta a todas las variables de la institución y emplea diversas
técnicas e instrumentos de recogida de información según la planificación establecida.
• Está diseñada
técnicamente, aplicando conocimientos técnicos propios de los procesos
evaluativos en la implantación, en la determinación de indicadores, en la
elección de instrumentos de recogida de información, y en la aplicación de la
técnica de análisis de datos, entre otros.
• Recoge
información que es relevante desde el punto de vista de la toma de decisiones y
del concepto de calidad que se maneje en la institución. Información que es
fiable, es decir, precisa y rigurosa; y que es válida en tanto mide lo que debe
medir.
• Emite juicios de
valor en función de criterios previamente establecidos por la institución para
contrastar la información recogida.
• Tiene carácter
informativo: el proceso así como los resultados de la evaluación son
compartidos con los miembros de la institución con fines de adopción de medidas
correctivas
• Tiene finalidad
formativa en la medida que permite perfeccionar los procesos y los resultados
de la acción educativa.
• Permite la toma
de decisiones que se cristaliza en el plan de mejora a fin de intervenir en los
ámbitos de la institución detectados como puntos débiles.
• Es continua porque retroalimenta sobre los
factores susceptibles de mejora.
• Es cooperativa
debido a que involucra a todos los estamentos y miembros de la institución.
Para Cardona y Fernández Díaz, la evaluación institucional
cumple las siguientes funciones:
a. Función
formativa:
• Ayuda a
desarrollar la acción educativa en las mejores condiciones posibles.
• Individualiza
el aprendizaje. b. Función social:
• Acredita
ante la sociedad los aprendizajes logrados por los alumnos.
c. Función de poder
de control:
• “…forma
tecnificada de ejercer el control y la autoridad…” (Gimeno)
d. Función de
proyección psicológica:
• Permite el
reconocimiento de los propios éxitos y fracasos.
• Motiva a
quienes se encuentran involucrados en ella.
e. Función de apoyo a
la investigación:
• Fuente de
información y conocimiento de los elementos del sistema educativo y de la
calidad de servicio que se brinda.
Extraído de
Sobre la evaluación de instituciones educativas
Rosa María Tafur Puente
En Blanco & Negro (2013) Vol. 4 N° 1
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