sábado, 29 de agosto de 2020
La evaluación desde el enfoque formativo
viernes, 21 de agosto de 2020
Herramientas e instrumentos para evaluar y retroalimentar a distancia
Como sabemos, la pandemia ha obligado a los docentes y alumnos a trabajar a distancia, por ello tanto el proceso de enseñanza-aprendizaje como las estrategias de evaluación han debido adaptarse a esta modalidad de trabajo. En este sentido, es preciso que los profesores cuenten con alternativas que les permitan evaluar a distancia o en línea el nivel de logro en los aprendizajes por parte de los estudiantes, ya que de esta manera se pueden tener insumos para retroalimentar hacia la mejora permanente.
¿QUÉ ES LA
EVALUACIÓN A DISTANCIA?
La evaluación a distancia es aquella que se realiza
fuera del recinto escolar, empleando recursos como internet, foros, chats,
correos electrónicos o videoconferencias, entre otros.
¿QUÉ, A QUIÉN,
CUÁNDO Y CÓMO EVALUAR?
Es indispensable para realizar una evaluación
pertinente, que se tenga certeza en los propósitos, por ello es preciso
clarificar:
¿QUÉ SE DESEA
EVALUAR?
Se debe tener definido lo que se desea evaluar, y
traducir esto en criterios o indicadores bien definidos.
¿A QUIÉN SE VA A
EVALUAR?
Ejemplos:
Heteroevaluación: La evaluación del docente a los estudiantes.
Autoevaluación: Evaluación del propio alumno.
Coevaluación: Evaluación entre pares.
¿CUÁNDO SE VA A
EVALUAR?
Funciones de la evaluación:
Diagnóstica: Se realiza de manera previa a
iniciar un proceso, con el objetivo de explorar los conocimientos que ya poseen
los estudiantes acerca del tema. Puede llevarse a cabo al inicio de un ciclo
escolar o de una situación o secuencia didáctica.
Formativa: Se realiza durante todo el
proceso, identificando los avances y áreas de oportunidad. La retroalimentación
que se deriva de ella es imprescindible para favorecer el aprendizaje de los
estudiantes, así como para que el docente mejore su estrategia de enseñanza.
Sumativa: Se realiza al final del proceso, promueve que se obtenga un juicio
global (calificación) del nivel de logro de los aprendizajes al concluir una
situación o secuencia didáctica. Se basa en la recolección de información
acerca de los resultados de los alumnos, así como de las estrategias y
actividades que ha implementado el docente.
¿CÓMO SE VA A
EVALUAR?
En la evaluación a distancia, es necesario también
tener claro lo que se va a empelar para evaluar, algunas opciones son:
Instrumentos de evaluación: Rúbricas, listas de cotejo,
pruebas objetivas, entre otras.
Herramientas digitales para llevar a cabo la
evaluación: Aplicaciones, plataformas, Blog, páginas web, mural digital, entre
otros.
MEDIOS PARA EVALUAR
A DISTANCIA O EN LÍNEA
Existen diversos medios para evaluar a distancia o
en línea, algunos de ellos son:
El chat, la audioconferencia y la videoconferencia: Estos son sincrónicos, ya que la
interacción es en tiempo real. Tiene la ventaja de que se puede evaluar en el
momento y la retroalimentación es inmediata.
Otros medios son los foros, el correo
electrónico o los blogs: Estos son asíncrónicos, la comunicación es
diferida, ya que no hay coincidencia temporal. Tiene la ventaja de que la
evaluación puede realizarse detenidamente.
INSTRUMENTOS PARA
EVALUAR A DISTANCIA
A continuación te compartimos una serie de
instrumentos de evaluación que puedes emplear para evaluar a distancia. Estos
pueden ser utilizados a través de los medios que describimos anteriormente.
Pruebas objetivas: Son propuestas de evaluación que se
construyen a partir de un conjunto de preguntas claras y precisas, que demandan
del estudiante una respuesta limitada a una elección entre una serie de
alternativas o, en su caso, una respuesta breve.
Las preguntas constituyen una muestra
representativa de los contenidos a evaluar. Ofrecen la ventaja de poder
calificarse en forma automatizada, se estructuran con reactivos acordes a los
temas estudiados. Algunos tipos de preguntas de estas pruebas son: de opción
múltiple, de ordenamiento, verdadero o falso, entre otras.
Proyectos: Se elabora un informe o proyecto relativo al tema
que estudiaron, es muy útil para evaluar conocimientos integrados. Al igual que
los demás instrumentos, es necesario que se establezcan criterios claros, y que
se compartan con los estudiantes.
Rúbricas: Una rúbrica es un cuadro de doble
entrada, que se integra por tres elementos primordiales: 1. Indicadores:
aspectos centrales de aquello que interesa lograr y valorar. 2. Niveles de
logro: por ejemplo excelente, muy bien, bien, regular. 3. Descriptores de logro:
progresión desde los niveles inferiores a los superiores o viceversa.
Listas de cotejo: Una lista de cotejo es un cuadro de
doble entrada en el cual se anota en la columna izquierda una lista de
criterios (palabras, frases u oraciones) que señalan con claridad las acciones,
tareas, comportamientos, habilidades o actitudes que se desean evaluar de un
proceso de aprendizaje.
Preguntas intercaladas: Son preguntas relativas al tema, se
preparan previamente y se plantean durante la clase o sesión en línea. Es
importante que los cuestionamientos se diseñen de forma pertinente y con un
propósito definido.
Portafolios: Un portafolios es un archivo en
el cual se integran trabajos y evidencias relevantes de las actividades de los
alumnos. En él se incluyen también observaciones y retroalimentaciones que
ayuden a superar las dificultades en el aprendizaje. Al utilizarse durante todo
el proceso (unidad, curso) puede emplearse para asignar una calificación
(evaluación sumativa).
Mapas
conceptuales: El mapa conceptual es muy útil para representar de forma esquemática la
información acerca de un tema. Sirve como estrategia de enseñanza y aprendizaje
para también como instrumento de evaluación. Para ello es indispensable
establecer con claridad y anticipación los criterios a evaluar y comunicarlos a
los estudiantes.
HERRAMIENTAS
DIGITALES PARA EVALUAR A DISTANCIA
Las anteriores técnicas e instrumentos de
evaluación se pueden emplear en conjunto con algunas herramientas digitales, a
continuación te compartimos una lista de ellas:
Socrative: Compatible con Android, iOS y
Chrome, permite crear concursos de preguntas y respuestas para que los
estudiantes participen en ellos. Requiere que se registren (tanto alumnos como
el profesor), al hacerlo se puede realizar un seguimientos de los avances. Se
tiene acceso a “quizs” ya creados por la comunidad, pero también da la
posibilidad de crear los propios.
Rubistar: En este sitio puedes crear, guardar y editar rúbricas de
evaluación. Así mismo tienes la posibilidad de acceder a ellas desde cualquier
lugar.
Kahoot!: Es una plataforma en línea con
enfoque lúdico, la cual permite crear “quizs” en línea, en los cuáles los
estudiantes pueden participar de manera individual o en equipos. El profesor
elabora las preguntas (pueden tomarse ideas de los kahoot! ya creados) y
los alumnos tratan de responderlas, al final aparece un ranking con los mejores
resultados, los cuales pueden ser empleados para evaluar.
Google Forms: Esta herramienta permite crear
formularios en línea de forma sencilla para evaluar contenidos estudiados. Una
vez creados, nos arroja información y estadísticas para poder evaluar y
corregir fácilmente.
Jamboard: Es una de las herramientas que
se incluyen en G Suite, se trata de una pizarra digital en las que se pueden
gestionar los permisos para visualizar y editar. En ésta se puede escribir,
añadir imágenes o notas de color, es ideal para evaluar trabajos colaborativos.
Edmodo: Permite crear tests personalizables
para poder evaluar el nivel de logro de los aprendizajes de los alumnos acerca
de cierto tema o materia. Cuenta con una guía paso a paso en la que se explica
cómo utilizar esta muy buena herramienta.
Quizizz: Se trata de una plataforma gratuita,
que permite a los profesores crear tests en línea y enviarlos a los alumnos.
Después de que los alumnos los responden, el docente recibe un informe con los
resultados a partir de los cuáles puede identificar las fortalezas y áreas de
oportunidad de los estudiantes.
Trivinet: Te permite crear tus propios cuestionarios
acerca de diversos temas o asignaturas, se puede usar perfectamente como
herramienta para evaluar. De igual manera puedes tener acceso a estadísticas
tanto personalizadas como grupales.
LA IMPORTANCIA DE
LA RETROALIMENTACIÓN
A la par de la evaluación, debe ir ligada una
retroalimentación pertinente y adecuada, que oriente hacia la mejora.
¿QUÉ ES LA
RETROALIMENTACIÓN?
La retroalimentación puede
entenderse como el componente de la evaluación que evidencia el vínculo entre
los procesos de enseñanza y aprendizaje, ya que permite explicitar cuál
es el avance en los logros de los alumnos y con ellos da cuenta de la
pertinencia en cuanto a los métodos, estrategias y recursos utilizados en la
enseñanza.
Retroalimentar consiste en: Analizar, sistematizar y comunicar
los resultados de la evaluación para que los alumnos cuenten con la información
necesaria que les permita saber si se han logrado las metas de aprendizaje.
Con ello los estudiantes pueden reconocer los motivos de los avances o
bien las dificultades en el proceso con el fin de que se hagan los ajustes
necesarios.
Aspectos que nunca debes perder de vista al
retroalimentar:
-La retroalimentación puede ser de manera verbal o
escrita.
-Debe ser de forma oportuna y orientada hacia la
mejora.
10 SUGERENCIAS PARA
RETROALIMENTAR A LOS ESTUDIANTES
1. Partir de las metas de aprendizaje y
los criterios de evaluación.
2. Incluirla en la planeación las
actividades para dedicarle el tiempo adecuado.
3. Expresarse con respeto y amabilidad.
4. Brindarla oportunamente para poder
ofrecer nuevas oportunidades de aprendizaje.
5. Crear un clima de confianza en el que
el alumno se sienta cómodo.
6. Iniciar señalando los aspectos
positivos.
7. Indagar qué generó el avance o
resultado.
8. Ofrecer oportunidades para que los
estudiantes identifiquen por sí mismos sus fortalezas, dificultades y áreas de
mejora.
9. Jerarquizar y elegir lo más
significativo para mejorar el aprendizaje.
10. Expresar con claridad qué esperamos
que ocurra después.
El reconocimiento de lo logrado, lo que falta por
recorrer, lo hecho y lo mejorable tendrán sentido siempre que la realimentación
se haga oportunamente, es decir, que entre la evaluación y la realimentación no
pase demasiado tiempo.
CONCLUSIONES
La evaluación de los aprendizajes es esencial en el
proceso educativo, tanto en la modalidad presencial como en línea, ya que
mediante ella se pueden valorar los avances así como los aspectos que son
necesarios reforzar, todo esto con la finalidad de mejorar de manera continua.
Como pudimos analizar también, existen diferentes alternativas para evaluar a
distancia, por lo que queda a consideración de cada docente optar por aquellas
que mejor se adapten a sus necesidades y contexto.
¡Esperamos que la información te sea de utilidad!
Sobre
el autor
Jorge
Alberto Guerrero Hernández
Licenciado en Educación
Primaria con maestría en Sociología Educativa
Fuente
miércoles, 19 de agosto de 2020
“LA EVALUACIÓN ES UNA CAJA NEGRA, QUE HAY QUE TRANSPARENTAR”
NATALIA GONZÁLEZ, CECILIA ZIPEROVICH Y CAROLA RODRÍGUEZ : “LA EVALUACIÓN ES UNA CAJA NEGRA, QUE HAY QUE TRANSPARENTAR”
—¿Por qué se suele alabar las virtudes de la
evaluación formativa, pero en la práctica se sigue evaluando solo para
calificar?
—(NG) La ruptura entre cómo avanza la teorización
sobre lo que es la buena evaluación y lo que sigue ocurriendo en las prácticas
concretas, se debe a las representaciones acerca de lo que implica: punición,
control, mirada del otro; incluso el mismo sujeto pide ser evaluado, porque le
da la posibilidad de ver algo de un proceso que, como el aprendizaje, es
invisible.
(CZ) No se construye su sentido: está vista como
algo inherente al control de resultados, a ver qué sabe y cuánto sabe el
estudiante. La evaluación es una caja negra y la gran batalla que hay que dar
es hacerla traslúcida: que el sujeto sepa para qué es evaluado y qué es lo que
significa. El dato de lo que el sujeto sabe llega desde fuera, no está
internamente construido para que pueda identificar para qué estudia lo que
estudia y qué podrá hacer (la práctica en el trasfondo de lo que se aprende),
de manera que lo que importe no sea el resultado, sino el camino para llegar a
él. El verdadero aprendizaje es el que se construye a partir del recorrido. Hay
que enseñar a pensar, aprender a aprender. Toda definición tiene una trama en
la que se construye, si puedo enunciar esa construcción, no solo no voy a
olvidar del concepto, sino que voy a saber que lo sé.
—La evaluación (formativa) debería poder servir
para que el alumno pueda anticipar si le va a ir bien o mal…
—(CR) La autoevaluación, que el alumno sepa lo que
sabe, también es responsabilidad de los docentes. Nosotros no promovemos el
razonamiento metacognitivo en la escuela. Por eso al alumno le preguntás cómo
le fue y no sabe. O le das el resultado y dice: “Creía que me había ido bien”.
No saben lo que hicieron porque no se lo enseñamos. Aprender es un proceso
opaco, complejo. El desafío es tratar de desnaturalizar el concepto de
evaluación, la práctica y la consecuencia que tiene, porque procesos de
valoración, de éxito o de fracaso, todos hemos tenido antes o después de estar
en la escuela: pero la sensación y la marca no es la misma cuando ello ocurre
en el ámbito escolar. Supone abordar también concepciones de aprendizaje, sus
prácticas —cómo creamos la situación para que el otro aprenda— y criterios.
(CZ) La metacognición es una función psicológica
superior, altamente exigente cognitivamente, entonces hace falta enseñarla.
(NG) La problemática del que aprende remite a la
del que enseña. Nadie puede dar aquello que no posee. Eso implica que, en su
formación docente, esos sujetos también aprendieron sin tener la posibilidad de
pensar acerca del propio proceso, de lo que saben y cómo lo hicieron. Es
difícil que alguien pueda andamiar a otro, si no tiene ese proceso.
—En ese sentido, ¿la formación no es suficiente?
—(CA) Hay una cierta circularidad entre los modos
de aprender y los modos de enseñar que luego desplegamos. La profesión docente
es una profesión de muy temprana socialización y uno tiene incorporados modelos
de evaluar, de habitar el aula, enseñar el contenido, en función de su propia
experiencia como estudiante. Hay que desnaturalizar, generar rupturas y
posibilidades de reflexión. Tenemos que trabajar mucho desde el punto de vista
de la didáctica sobre la calidad de los instrumentos de evaluación: un solo
tipo es deficitario. Si siempre utilizás instancias orales, un sujeto que tenga
otros modos de aprender, con dificultad para la expresión oral, no va a poder
llegar al objetivo de aprendizaje. No existe esa cultura de analizar los
instrumentos; es lo que uno menos se sienta a reflexionar. En los ISFD, se
utilizan los dos mismos de siempre. Es necesario revalorizar la evaluación si
quiero mejorar el aprendizaje, porque orienta. Cuando se explicitan los
criterios se orienta hacia dónde llevamos aprendizaje.
—¿Por qué eso no pasa —al menos tan seguido como
debería— en la escuela?
—(NG). El problema es que en la escuela la
evaluación se liga con la acreditación. Los alumnos estudian y repiten lo
esperado, para aprobar. Rápidamente se dan cuenta de qué es lo que el docente
quiere escuchar. Aprenden el oficio de alumno. Además, la evaluación se
complica por las marcas de época. Al sujeto de la modernidad, le decías que
tenía un 2 y asumía que no había estudiado. Hoy, no solo cuestionan y te ponen
en situación de tener que argumentar la calificación; sino que incluso te
dicen: “Me llevo las 10 materias y después las rindo. Para qué voy a estudiar
todo el año”. Entonces deberíamos preguntarnos para qué evaluamos, si no, todo
el proceso de enseñanza-aprendizaje se transforma en una ficción.
(CR) La evaluación interpela a los docentes, la formación,
las concepciones de aprendizaje, las perspectivas desde dónde miramos la
enseñanza-aprendizaje que, en última instancia, queda definida por el desempeño
del alumno: si no alcanza, no aprueba, no sabe, no avanza. Cuando en realidad
no es solo el estudiante el que está en esa trama compleja.
(CZ) Pareciera que la evaluación siempre mira el
final, los resultados. Y en realidad, empieza cuando me presento frente al aula
y les digo, qué voy a enseñar, qué tienen que saber, cuál es mi postura, a qué
objetivo quiero llegar. Todas esas intencionalidades que se plasman en el
programa. Tengo que decirles a los alumnos qué va a requerir de parte de ellos
llegar a ese contenido.
(CR) Tenemos que compartir las metas, saber hacia
dónde vamos. “¿Me siguen?”, dicen los docentes. “Sí”, dicen los alumnos. “¿A
dónde?”, digo yo: si nunca les dijimos dónde vamos.
—¿Cómo ven los intentos de la política educativa de
empezar a modificar las maneras en que se evalúa en el aula?
—(CR) Los docentes deberíamos preocuparnos en ver
cómo podemos traducir en la micropolítica, políticas de Estado, como el nuevo
régimen académico (NRA) de secundaria, que propone nuevas maneras de estar en
la escuela, de transitarla. Cambian las políticas, los sujetos, la época, pero
sigue el desafío de la práctica: son esquemas muy difíciles de modificar.
(NG) Nos tenemos que preparar para cambiar la
evaluación, cambiar la enseñanza. Ricardo Baquero plantea que, hasta que
apareció el Braille, los ciegos eran los no educables. ¿Cambió el sujeto? No.
Se produjo una modificación en la configuración de toda la situación. Entonces
tenemos que cambiar los formatos pedagógicos, si queremos que se modifique el
proceso de enseñanza aprendizaje.
(*) Profesoras y licenciadas en Ciencias de la
Educación, de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). Integrantes de la
cátedra de Teorías del Aprendizaje: Natalia González, adjunta, y especialista
en asesoramiento y gestión de las instituciones educativas. Cecilia Ziperovich,
jubilada, ex titular de cátedra; Carola Rodríguez, especialista en formación
docente.
Fuente:
https://revistasaberes.com.ar/2020/06/una-caja-negra-que-hay-que-transparentar/