Como maestros o profesores, tan importante es que los alumnos disfruten de las clases y estén motivados como que el aprendizaje sea efectivo. Una herramienta para determinar si los estudiantes están logrando cumplir los objetivos marcados es la evaluación educativa. En UNIR analizamos en qué consiste la evaluación educativa, su importancia y los sistemas habituales que se utilizan para evaluar.
¿A qué se refiere la evaluación educativa?
La evaluación educativa es un proceso continuo y
personalizado dentro del sistema de enseñanza-aprendizaje cuyo
objetivo es conocer la evolución de cada estudiante para, si es necesario,
adoptar medidas de refuerzo o de compensación para garantizar que se alcanzan
los objetivos educativos definidos para su nivel. Es, por tanto, una
herramienta de gran utilidad para tomar decisiones pedagógicas para mejorar el
desempeño de un estudiante.
Según los expertos en educación, la evaluación es útil tanto para
los docentes como para los alumnos:
–Para los maestros porque tienen la oportunidad de comunicar a los estudiantes cuáles son los objetivos y
expectativas de aprendizaje y les permite comprobar la eficacia de los métodos
de enseñanza utilizados.
–En el caso de los alumnos, la evaluación puede servir como motivación positiva para lograr un reconocimiento
a su esfuerzo a través de las calificaciones y les obliga a revisar materias de
estudio anteriores consolidando el aprendizaje y
aclarando ideas.
La importancia de realizar una evaluación en educación
La importancia de la evaluación va más allá del seguimiento escolar de los propios estudiantes. Se
trata de un instrumento de seguimiento y valoración de los resultados obtenidos
por los escolares para, al mismo tiempo, poder determinar
si los procedimientos y metodologías educativas elegidas están siendo los
adecuados. Además, aunque al pensar en evaluación educativa
normalmente pensamos en exámenes, la normativa vigente extiende el proceso de
evaluación a los distintos ámbitos y agentes de la actividad educativa, es
decir: también incluye a los docentes, a los centros, a la
idoneidad de los currículos e, incluso, la actividad de las administraciones
educativas.
La evaluación es un recurso para asegurar unos niveles de formación
común y garantizar que se reúnen una serie de capacidades, competencias y
conocimientos concretos para avanzar dentro de los niveles del sistema
educativo, logrando los títulos homologados correspondientes.
Sistemas de evaluación habituales
Decimos que la evolución es un proceso porque no se limita a un acto
puntual, como puede ser un examen, sino que los docentes se encargan de recoger información sobre la evolución de un alumno en
distintos momentos y a través de diversas tareas. Es la manera de obtener una
visión más clara y completa del proceso de aprendizaje de cada estudiante y así
tomar las decisiones más acertadas para impulsar su desempeño.
El currículo de cada materia o asignatura debe contener no sólo los
objetivos, los contenidos o la metodología didáctica que se aplicará en el
aula, también los criterios de evaluación del grado de adquisición de
competencias y logro de objetivos, adaptados a cada etapa educativa.
Los maestros serán los encargados de realizar esa observación continuada que requiere el proceso de
evaluación y, según los objetivos que se pretendan evaluar, recurrirán al tipo
de prueba que mejor se ajuste.
A la hora de realizar la evaluación distinguimos varios sistemas o
técnicas que se utilizan de forma complementaria:
–Observación
–Pruebas
–Revisión de tareas
–Entrevistas
Observación
Dentro de la observación en
los cursos de Primaria, los maestros cuentan, por ejemplo, con instrumentos
como las listas de control (que permiten registrar ausencias o conductas en
clase) o realizar escalas de estimación para detectar la frecuencia con la que
se realizan determinadas tareas o conductas. Es importante que el docente
observe la evolución de cada niño, su actitud en el aula, la relación con los demás,
sus progresos en las diferentes materias, sus dificultades… Esto permitirá
detectar posibles problemas de aprendizaje y adoptar las medidas necesarias.
Pruebas
Entre los tipos de pruebas que pueden
utilizarse para la evaluación del aprendizaje están, por ejemplo:
–Las pruebas de ensayo o de respuesta libre y
abierta. El maestro plantea al alumno una cuestión y este la
desarrollará con total libertad.
–Las pruebas de respuesta limitada. Pueden ser textos en los
que hay que rellenar huecos, preguntas con respuesta múltiple o de elección
(verdadero/falso).
–Las pruebas prácticas, mapas conceptuales,
de ordenar una serie de elementos en serie…
Revisión de tareas
La revisión de tareas permite ver cómo es el trabajo diario de cada
estudiante, su implicación, el tiempo que requiere para realizar las diferentes
tareas y proyectos, si es constante… Es una evaluación continua y, por lo tanto
—a diferencia de los exámenes— no dependerá de si el alumno tiene un mal día o
de si no ha sido capaz de abordar esa prueba.
Realización de
entrevistas
Por último, las entrevistas con las familias de
cada alumno proporcionan información sobre su entorno más próximo, si tiene
algún problema grave familiar, su adaptación a la escuela.. Deben realizarse de
forma regular, especialmente si hay problemas de aprendizaje o conducta.
Para realizar la evaluación, los docentes combinan estas técnicas y
recogen información sobre el comportamiento y desempeño de los alumnos que más
tarde analizan y comparan con los objetivos marcados para determinar la
calificación correspondiente.
Fuente
https://www.unir.net/educacion/revista/noticias/evaluacion-educativa/549205088963/
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