Aquellos tatuajes del alma religan el aprendizaje sobre la evaluación a través de experiencias que narran las respuestas que han ofrecido algunos estudiantes a la pregunta: ¿qué es lo más significativo que te ha pasado cuando te han evaluado en el sistema educativo?.
De las
características comunes menciona que la mayoría tiene un componente negativo,
doloroso, amargo; los relatos se tiñen de sentimientos, hay plena hegemonía del
examen como instrumento de control, el rol jerárquico lo mantiene quien evalúa
y se menciona el carácter homogeneizador de la evaluación.
Este tiempo de
crisis convoca a revisitar los “tatuajes en el alma” de la evaluación,
reconstituyendo la mirada desde un proceso dialógico reflexivo que promueve el
compromiso ético que los convierta subjetivamente en autores y actores de
su propio proceso.
La evaluación es un
fenómeno que permite poner sobre el tapete las concepciones psicológicas,
pedagógicas y políticas implícitas que acompañan en forma continua dicho
proceso, analizando las potencialidades y dificultades, desde dónde se parte y
con qué bagaje se viaja en la aventura del conocer, encontrando obstáculos,
contradicciones propias del camino, temores, ansiedades, variedad de
soluciones ofrecidas, imprevistos que replantean nuevos interrogantes y
posibilitan encuentros con el objeto construido.
La evaluación
educativa es un proceso continuo de búsqueda para la comprensión y el logro del
deseo común y colectivo. Se considera como un acto político que recupera la
toma de decisiones democráticas que garantizan el derecho a la educación.
La Subsecretaría de
Educación Superior invita a la reflexión acerca de la evaluación evocada por
la Dra María Eugenia Menna, quien convoca al pensamiento
crítico acerca del punto nodal de la educación en tiempos de excepción
sanitaria con fuerte impacto en el sistema educativo.
Subsecretaría de
Educación Superior.
Mg. Patricia
Moscato.
Pensando la
Evaluación en tiempos de Pandemia
La EVALUACIÓN
constituye una complejidad en la práctica educativa por la mutiplicidad de
factores y de dimensiones que en ella se ponen en juego.
Partiendo de la
idea que este término ha adquirido múltiples connotaciones y significados a lo
largo de los diferentes modelos curriculares y, siguiendo a Steiman (2009)
quien define a la evaluación como un “Proceso que a partir del
conocimiento y comprensión de cierta información, permite desde una actitud
dialógica, emitir un juicio de valor acerca de las prácticas de enseñanza y/o
prácticas de aprendizaje en un determinado contexto socio-histórico en el cual
intervienen con particularidad significante lo social amplio, la institución,
el objeto de conocimiento, el grupo de alumnos/as, el/la docente y que, a
la vez posibilita tomar decisiones referidas a la práctica de referencia y
exige comunicar a docentes y alumnos/as –por medio de enunciados
argumentativos- el juicio de valor emitido y las orientaciones que, derivadas
de éste, resulten necesarias para la mejora de la práctica”, se puede
afirmar que en tiempos de “no presencialidad” esta complejidad
se profundizó mucho más, pero no paralizó al colectivo docente, sino todo lo
contrario, se transformó en una oportunidad para reflexionar y potenciar la evaluación
desde sus múltiples dimensiones.
La realidad
demuestra que la revisión de las prácticas evaluativas ha movilizado a la
acción transformadora de profesores y directivos buscando nuevas estrategias,
diferentes entornos virtuales y aplicaciones informáticas. La docencia online
fue la característica de este tiempo y, la evaluación como parte del proceso de
enseñar y de aprender se sumó a esa propuesta desde la virtualidad.
Hoy, muy próximos a
la finalización del ciclo académico 2020, estudiantes y profesores están
poniendo en acción las más variadas aplicaciones: Collaborate, Zoom, Jitsi,
Google Meet, Hanghouts, Skype como así también las videollamadas y el uso de
whatsapp se han sumado en el día a día de la enseñanza y el aprendizaje, además
de potenciarse en los procesos de evaluación con el firme propósito de
garantizar el derecho de los estudiantes a acreditar sus saberes, a
continuar con su formación y a finalizar sus estudios superiores.
No hay duda que
este tiempo interpela las concepciones personales y las prácticas docentes pero
también da la posibilidad de concretar propuestas que se conocen desde el lugar
de la teoría pero hoy, el reto es hacerlas realidad. Buscar las evidencias
de aprendizaje, es decir “aquello que demuestre que nuestros estudiantes
saben lo que queremos que sepan”, no ha sido tarea sencilla fue y sigue
siendo un desafío diario. Gracias a todas estas estrategias
desarrolladas y puestas en acción durante el año se puede afirmar que los
profesores han logrado un equilibrio entre la enseñanza y el aprendizaje de
diversos saberes teóricos y prácticos que posibilitan a los estudiantes
acreditar las diferentes unidades académicas.
No hay duda que
este tiempo de ASPO y DISPO permite “valorar” otros aspectos
de la realidad educativa privilegiando la retroalimentación como
posibilidad de brindar información sobre los
aprendizajes, fortaleciendo los procesos metacognitivos, entendiéndolos como
la capacidad de los estudiantes para conocer sus propios procesos de
aprendizaje, los que se hacen evidentes cuando explicitan cómo hicieron una
actividad, qué dificultades tuvieron al resolverla y los modos de conocer y
expresar sus emociones y sentimientos favoreciendo el AUTOCONOCIMIENTO y
la AUTONOMÍA necesarios para convertirse en verdaderos actores de
transformación social
En esta breve
reflexión sobre qué significa evaluar en tiempos de pandemia es necesario
resaltar y reconocer el esfuerzo que todo el colectivo docente, en este caso de
Nivel Superior, están llevando adelante para sostener el vínculo pedagógico y
acompañar trayectorias estudiantiles.
Además, es oportuno
dejar un mensaje esperanzador en virtud de los nuevos aprendizajes que este
tiempo nos ha dejado, nuevos modos de vincularnos, posibilidades de desarrollar
la creatividad y búsqueda constante de profesores y directivos de una
evaluación más justa e íntegra que permita a los estudiantes desplegar al
máximo sus potencialidades posibilitando dar un paso más hacia el mejor
aprendizaje posible de nuestros futuros profesionales.
Fuente
https://campuseducativo.santafe.edu.ar/pensando-la-evaluacion-en-tiempos-de-pandemia/
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