Hasta hace poco la evidencia informal indicaba que, en general, los docentes, directores y supervisores reciben poca información sobre las evaluaciones estandarizadas; cuando la reciben, tienen dificultades para leerla y comprenderla; y cuando la leen y comprenden, no necesariamente les resulta de utilidad para mejorar sus prácticas de enseñanza. Un estudio realizado por el Instituto de Evaluación Educativa de la Universidad Católica del Uruguay con el apoyo del Grupo de Trabajo sobre Estándares y Evaluación (GTEE) de PREAL, indaga la situación en ocho países de América Latina y analiza cómo pueden las evaluaciones estandarizadas enriquecer las prácticas de evaluación en el aula. A continuación se destacan algunas de sus reflexiones.
Si los maestros tienen la oportunidad de apropiarse de los materiales e instrumentos relacionados con las evaluaciones estandarizadas, la probabilidad de que se deriven efectos positivos sobre las concepciones y prácticas de los docentes es alta. Estos efectos se relacionan con: tomar de conciencia acerca de la importancia de ciertos temas y capacidades que todos los niños y niñas deberían adquirir y desarrollar; propiciar una apertura del maestro a nuevos horizontes conceptuales en relación a la didáctica y a las formas de evaluar a los alumnos; acceder a instrumentos de trabajo que les facilitan la tarea cotidiana a los maestros; y desarrollar la conciencia y las capacidades de los docentes en relación a la evaluación que realizan en el aula.
Un proyecto nacional de evaluación requiere, por lo tanto, de una estrategia de llegada a los maestros.
Dicha estrategia debería ir mucho más allá de la publicación de un informe general de resultados y del envío de cuadernillos. Los sistemas de evaluación deberían explicitar en forma clara y accesible a los docentes el proceso realizado por los expertos para establecer los marcos conceptuales de las evaluaciones, así como los procedimientos seguidos en la elaboración de las pruebas. También deberían ofrecer ejemplos claros de buenas de actividades de evaluación que permitan captar la diversidad de desempeños de los alumnos, con su correspondiente marco conceptual.
Igualmente, sería de utilidad difundir buenos instrumentos de evaluación divulgados por estudios nacionales e internacionales, sobre todo actividades de respuesta construida con sus respectivas pautas de corrección.
Esto ayudaría a los docentes a poner atención y anticipar los posibles procesos de pensamiento de sus estudiantes al responder o resolver actividades evaluativas. También aportaría un mayor rigor metodológico a la hora de redactar o seleccionar libros de propuestas de evaluación para sus estudiantes.
Es importante generar espacios de discusión a partir de los resultados de las evaluaciones estandarizadas. Para que estas evaluaciones tengan un impacto positivo, es preciso que los maestros las comprendan, se apropien de ellas e incorporen a su horizonte conceptual nuevas formas de hacer las cosas. Esto no se produce en forma automática a partir de la lectura de un reporte, sino que requiere de espacios de intercambio y discusión.
Resumido a partir de “¿Qué pueden aportar las evaluaciones estandarizadas a la evaluación en el aula?”, de Pedro Ravela. Serie Documentos PREAL Nº 47. .
Ver documento en: www.preal.org
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PREAL Programa de Promoción de la Reforma Educativa en América Latina y el Caribe
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