Reflexionar sobre
cómo definir la
Evaluación Educativa nos lleva a identificar sus elementos
esenciales, y su razón de existencia, los siguientes párrafos derivan en un
intento que puede ser orientador.
En el proceso de construcción de una definición de
evaluación que resulte más comprensiva es posible enumerar una serie de características
que siempre están presenten en un proceso de evaluación y que sin duda amplían
el horizonte de su aplicación.
En primer lugar se puede afirmar que toda evaluación es un
proceso que genera información y en este sentido siempre implica un esfuerzo sistemático
de aproximación sucesiva al objeto de evaluación. Pero esta información no es
casual o accesoria sino que la información que se produce a través de la
evaluación genera conocimiento de carácter retroalimentador, es decir significa
o representa un incremento progresivo de conocimiento sobre el objeto evaluado.
Desde esta perspectiva la evaluación permite poner de manifiesto aspectos o
procesos que de otra manera permanecen ocultos, posibilita una aproximación en
forma más precisa a la naturaleza de ciertos procesos, las formas de
organización de los mismos, los efectos, las consecuencias, los elementos
intervinientes, etc...
En síntesis es posible afirmar que en todo proceso de
evaluación reconocemos la presencia de ciertos componentes:
1. búsqueda de
indicios: ya sea a través de la observación o de ciertas formas de medición
se obtiene información, esa información constituyen los indicios visibles de
aquellos procesos o elementos más complejos que son objeto de nuestra
evaluación. En este sentido siempre hay que tener presente que toda acción de
evaluación finalmente se lleva a cabo sobre un conjunto de indicios que se
seleccionan de modo no caprichoso sino sistemático y planificado, pero no por ello
dejan de ser indicios. Por ejemplo la indagación sobre la adquisición de
determinadas competencias por parte de un grupo de alumno requiere de la
búsqueda de indicios, de pistas que nos permitan estimar la presencia o
ausencia de dichas competencias.
2. forma de registro
y análisis: a través de un conjunto variado de instrumentos se registran
estos indicios, este conjunto de información que permitirá llevar a cabo la
tarea de evaluación. En este sentido resulta positivo recurrir a la mayor variedad
posible de instrumentos y técnicas de análisis con carácter complementario ya
que en todos los casos se cuentan con ventajas y desventajas en el proceso de
registro y análisis de la información.
3. criterios: un componente
central en toda acción de evaluación es la presencia de criterios, es decir de elementos
a partir de los cuales se puede establecer la comparación respecto del objeto
de evaluación o algunas de sus características. Este es uno de los elementos de
más dificultosa construcción metodológica y a la vez más objetable en los
procesos de evaluación. Por una parte se corre el riesgo que se planteaba
inicialmente de reducir toda la evaluación a una acción de carácter normativo
en el cual solo se intenta establecer el grado de satisfacción o insatisfacción
de determinadas normas. Por otra parte se puede caer en la tentación de eludir
la búsqueda o construcción de criterios con lo cual toda acción de evaluación
resulta estéril ya que solo es posible hacer una descripción más o menos
completa del objeto de estudio pero no resulta factible realizar un análisis
comparativo. La mayor discusión en materia de evaluación se platea alrededor de
la legitimidad de los criterios adoptados en una determinada acción evaluativa,
es decir quién y cómo se definen estos criterios. Esto se incrementa teniendo
en cuenta lo que se planteaba inicialmente de la débil cultura evaluativa de
nuestra práctica pedagógica escolar
4. juicio de valor:
íntimamente vinculado con el anterior pero constituyendo el componente
distintivo de todo proceso de evaluación se encuentra la acción de juzgar, de
emitir o formular juicios de valor, este es el elemento que diferencia la
evaluación de una descripción detallada, o de una propuesta de investigación
que no necesariamente debe contar con un juicio de valor. Este es un elemento
central de toda acción evaluativa y el que articula y otorga sentido a los
componentes definidos anteriormente por lo que tanto la búsqueda de indicios, las
diferentes formas de registro y análisis y la construcción de criterios estarán
orientadas hacia la formulación de juicios de valor.
5. toma de decisiones:
por último la toma de decisiones es un componente inherente al proceso de
evaluación y que lo diferencia de otro tipo de indagación sistemática. Las
acciones evaluativas cobran sentido en tanto soporte para la toma de
decisiones. Este es un elemento que adquiere importancia central y no siempre
es tenido en cuenta por quienes llevan a cabo los procesos de evaluación y/o
quienes lo demandan. Volver la mirada sobre el componente de toma decisión
significa reconocer que toda acción de evaluación es una forma de intervención
que trae aparejada la toma de decisiones en algún sentido, aún cuando la decisión
sea la inacción y por lo tanto los procesos o fenómenos objetos de evaluación
sufren algún tipo de modificación como consecuencia de las acciones de
evaluación. Por ello se vuelve imprescindible tener presente con anterioridad
cuáles son él/los propósitos o finalidades que se persiguen con la evaluación
propuesta.
Teniendo en cuenta lo antedicho resulta oportuna, en
términos generales, la
definición propuesta por T. Tenbrink:
Evaluación es el
proceso de obtener información y usarla para formar juicios que a su vez se
utilizarán en la toma de decisiones.
Extraído de
Evaluación Educativa:Una aproximación conceptual
Prof. Nydia Elola
Lic. Lilia V. Toranzos
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